La «transformación digital» está siendo uno de los términos de moda del momento. No deje que el efecto de «moda» perjudique sus posibilidades de tener éxito en su avance hacia una empresa digital. Tenga una clara respuesta a las preguntas del qué, para qué y cuanto.
Hemos recibido múltiples consultas frente al tema de trasformación digital, estrategia que algunos empresarios han ido identificando en sus empresas como alternativa a la situación actual. Las preguntas incluyen los costos y las dimensiones que estas podrían alcanzar y como y con quien hacerlo.
Estas inquietudes nos permiten afirmar que tenemos unos términos y unos elementos que se han pusieron de “moda” por cuenta de la pandemia global. Encontramos términos como tapabocas, distanciamiento social, protocolo, bioseguridad.
La “transformación digital” desafortunadamente se ha convertido en uno de esos términos de moda, donde la mayoría de los empresarios quieren hacer transformación digital, pero si se les pregunta exactamente a qué se refieren, no tienen una respuesta que permita tomar acción.
Por otra parte, hay muchas empresas, cámaras de comercio, entidades del estado, ofreciendo la “transformación digital” como esa panacea que nos va a permitir sobrevivir los efectos económicos de la pandemia.
Y es claro que ante la situación de incertidumbre y volatilidad en la que nos encontramos, sin saber inclusive por cuanto tiempo más, cualquier lucecita al final del túnel, por más tenue que parezca, nos da esa esperanza para pasar el chaparrón.
Está bien que nos animemos, está bien que busquemos en cualquier parte esa idea que nos va a catapultar fuera de la situación en que nos encontramos. Lo que no está bien es hacerlo sin saber exactamente qué estamos haciendo, para qué lo estamos haciendo y que tanto esperamos de lo que estamos haciendo. De ahí el título de este artículo.
El Que
La transformación digital llegó para quedarse. Ahora bien, si preguntamos a diez personas qué interpretan por transformación digital, encontramos diez respuestas distintas, con el agravante de que TODAS son válidas. Todavía no hay expertos en este tema, algunos hemos hecho algunas cosas mas que otros, pero de ahí a que haya expertos faltan varias décadas.
Así las cosas, lo mas importante no es tanto la definición correcta, sino la definición que necesita para su empresa. Para algunos es digitizar, para otros es digitalizar y para otros es ser digital. No es un juego de palabras, y dio pie para uno de nuestros artículos anteriores.
El “para que”
La primera pregunta no se puede responder sin la respuesta a la segunda pregunta, el “para qué”. Esta es muy fácil, para qué queremos entrar en el tema de la transformación digital (¡cualquiera que sea la definición, en este momento no importa!).
Por lo general queremos resolver uno o varios problemas o aprovechar una o varias oportunidades. Es así de simple. Necesitamos aumentar nuestra facturación, reducir los costos operativos, o aumentar el margen de nuestros productos, o incursionar en mercados en el exterior. PARA QUE queremos aplicar la tecnología informática a QUE en la compañía para cumplir con este para qué.
Vamos hilando entonces. Tuvimos que crear un modelo de aplicación de tecnología informática para poder acercarnos a una definición que nos ayudara a entender como acomodar los “para qué” y tratar de entender el “que”.
En este modelo, aplicamos la tecnología digital a productos, procesos, experiencia del cliente, y/o el modelo de generación de ingresos (modelo de negocio}. Para nosotros, los tres primeros son una optimización, y solo llamamos transformación digital cuando generamos a través de modelos disruptivos de negocio, ingresos de otra manera, gracias a la aplicación de la tecnología digital.
No es el objeto de este artículo discutir si esta es una adecuada definición o no, pero baste con indicar que ha sido suficiente para ayudar a nuestros clientes a tener una claridad importante sobre ese QUE, ese qué define la “transformación digital” en sus empresas.
Volvamos entonces al PARA QUE. Para qué queremos implementar tecnología digital. Si lo que queremos es que nuestros productos estén a la par de lo que espera el cliente, entonces hay que aplicar tecnología al producto. Si lo que se necesita es que el proceso de reabastecimiento de materia prima opere adecuadamente, entonces estamos aplicando tecnología en el proceso, y si lo que se quiere es que el cliente pueda ordenar y pagar más fácilmente por nuestros productos y servicios, estamos apostándole con tecnología a mejorar la interacción con el cliente.
Estos tres “para que” los podemos abordar rápidamente. Conocemos cómo hacerlo, el terreno no tiene tanta incertidumbre porque llevamos muchos años trabajando en la aplicación de tecnología en estos tres campos.
Ahora bien, si lo que necesitamos es generar ingresos de otra manera, como participando en una plataforma de proveedores, estilo Uber, o AirBnB, o inclusive creando una propia, o cobrando por arrendamiento de nuestros equipos en vez de venderlos, el modelo económico cambia, y no será tan rápido como atender las otras tres aplicaciones que vimos hace dos párrafos.
Nos gusta pensar que si tenemos todavía falencias en la digitalización del producto, el proceso y la experiencia del cliente, es mejor apostarle a estos “para qué”, que aventurarnos a generar nuevos modelos de negocio, que al final, también van a necesitar una optimización muy fuerte de los tres elementos anteriores.
Ahora si: el PARA QUE nos indica si es producto, proceso, cliente o modelo de negocio. El QUE nos debe ayudar a determinar la estrategia, o sea el qué hacer. Y queda una ultima pregunta por resolver: CUANTO.
El «Cuanto»
Aquí viene la parte más compleja. Tenemos claro que queremos mejorar la interacción con el cliente, por ejemplo, y el beneficio será aumentar la satisfacción del cliente y nos compre más.
Y entonces ¿Cuánto de cada uno de los beneficios? ¿Cuánto vamos a aumentar la satisfacción del cliente? ¿Como lo vamos a medir? ¿En cuánto tiempo lo queremos lograr? ¿Cuánto más nos va a comprar, en cuánto tiempo?
Estas son las preguntas para responder el CUANTO revisten de una dificultad mayor para su respuesta, pero deben estar resueltas antes de emprender cualquier acción. De lo contrario, su proceso de “transformación digital” no dejará de ser otra aventura, llena de incertidumbres, y con una altísima probabilidad de fracaso, del cual ni se enterará, porque no tiene como medirlo.
Es importante hacer el gran esfuerzo que implica identificar el QUE, EL PARA QUE y EL CUANTO antes de entrar en “LA MODA” de la ya famosa transformación digital para que la inversión requerida en equipo humano y económico lo acompañen con éxito en resolver la necesidad real de su empresa si es que la hubiere.
Lo que si quedará claro, luego de un esfuerzo enorme, es que está como mínimo, igual que antes, sino peor, con menos recursos porque los invirtió en esa “famosa” transformación digital de la que todo el mundo hablaba pero realmente no sabíamos qué significaba para nuestra empresa, ni para qué queríamos emprenderla, ni cuanto nos iba a producir.