Presentar la propuesta de valor es el primer paso en la trilogía del mercadeo digital. Una mala selección de tecnologías puede dar al traste con la estrategia.
El primer paso para un mercadeo exitoso, de cualquier índole, es la presentación de la propuesta de valor. La propuesta se valor termina siendo, en términos sencillos, lo que uno como empresa puede hacer por el cliente. Visto desde el punto de vista del cliente, «que problema me va a resolver» esta empresa.
El uso de la Internet y sus tecnologías como vehículo para presentación de la propuesta de valor, no está exento de las mismas falencias que tenemos en el mundo físico para explicar la propuesta de valor. No tiene nada que ver con el medio, sino con al estructura empresarial, y cómo se ha conformado, si es que se ha conformado, la propuesta de valor.
Es indispensable una propuesta de valor clara, especificada en beneficios para el visitante, no en beneficios para el dueño del portal, o del diseñador del mismo. Al incursionar el en uso de las tecnologías de la Web, y principalmente en la construcción de un portal en Internet, debemos tener claro el objetivo y cómo vamos a saber que lo hemos logrado.
Las herramientas para elaborar sitios Web han evolucionado a tal punto, que si uno quisiera, podría uno solo hacerlo. El tema es falta de tiempo, o de pronto desperdiciado donde otros son más hábiles con el manejo de estas tecnologías. Hay tres componentes a balancear en la construcción y el manejo del portal: el diseño gráfico, el diseño funcional, y el contenido a incorporar en el mismo.
Atendiendo la tendencia de la tercerización, no se ponga usted mismo a hacer su portal. No es su negocio. Pero tenga cuidado al contratar, para saber exactamente qué está contratando. He visto y he trabajado con personas muy hábiles que en menos de una hora tienen un portal de contenido administrable montado en la Web. Eso si, sin el contenido pertinente. También hay otros que se demoran dos meses para hacer un portal estático, y que para cambiar el contenido del portal requiere volver a contratar a quien lo desarrolló.
Como mínimo, hoy su portal lo debe poder administrar usted mismo, subir contenido, cambiar las fotos, poner otros colores, cambiar la plantilla. Cualquier faltante en esta funcionalidad para el dueño del portal, requerirá el establecimiento de un contrato de «mantenimiento» que haga este servicio por usted. Y no es mala idea, siempre y cuando la plataforma donde se haga este mantenimiento no implique días o meses de trabajo adicional con los costos que esto acarrea.
Hay diseñadores gráficos haciendo sitios Web. También tenemos ingenieros de sistemas y hasta ingenieros de todas las ramas elaborando portales sobre portales administrables (o implementando software para el manejo de portales, como lo vería un ingeniero). Conseguir el que haga las dos cosas a la vez no es fácil, empezando porque cada una de estas disciplinas avanza tanto y requiere un grado de especialización y experticia tal que es difícil encontrarlo en una sola persona.
Si su estrategia es comenzar, busque quien le monte un portal en un administrador de contenido (que puede ser inclusive gratuito), y que además le ayude con el alojamiento y el nombre de dominio. Adicionalmente debe presentarle algunas alternativas de «decoración gráfica» para el portal.
Si ya tiene su portal, verifique que pueda modificar el contenido a su antojo, al igual que manejar la parte gráfica y distribución sobre el portal con la agilidad suficiente que requieren hoy los negocios sobre la Web.
Al contratar, revise los portafolios de quien le va a desarrollar esta parte importante de su estrategia. Entre más portales haya construido o montado o diseñado, mas experiencia tendrá para ajustarse a sus necesidades. Tenga en cuenta también que esta experiencia podrá implicar un mayor valor en el costo que le cobren, pero podrá evitar errores comunes que solo se evitan con experiencia del camino recorrido, no solo hablado.
No se olvide preparar el contenido mientras le construyen el portal. Habrá que llenarlo con su propuesta de valor, de tal manera que su sitio no ingrese a la lista de sitios inútiles.
El segundo paso en esta trilogía es la generación de tráfico, donde hay muchos «espejitos» que se ofrecen, pero con poco peso demostrable.