Se han efectuado muchos estudios en los años recientes que en forma consistente revelan que entre el 20% al 70% de las grandes inversiones en cambios habilitados por las TIC terminan siendo un desperdicio, no funcionan, o no proveen el retorno a la empresa.
Ya las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) no son un adorno más; son habilitadores del negocio. De la misma manera, las TIC ya no se estructuran como gasto sino como inversión, y como tal deben generar un retorno en forma de valor.
En este orden de ideas, se hace indispensable transformar la tecnología informática en un claro valor del negocio. Es claro que hay inversiones habilitadas por las TIC que pueden producir altos beneficios, sin embargo hay que conocer qué se requiere para garantizar que haya resultados de generación de valor a partir de la aplicación de las TIC, valor que inclusive podría venir de la transformación del negocio.
A finales del siglo pasado, John Thorp desarrolló un modelo conocido como los “Cuatro Estamos” que reúne cuatro tipos de preguntas que permiten obtener un conocimiento claro de lo que se hace y si se está obteniendo beneficios de lo que se hace. Este conjunto de preguntas permite crear un marco de referencia y desarrollo para lograr la creación de valor.
1. ¿Estamos haciendo las cosas correctas?
Esta es la pregunta estratégica, donde se espera determinar si la inversión:
- Está en línea con la visión
- Es consistente con los principios del negocio
- Contribuye con los objetivos estratégicos
- Provee valor óptimo, a costo razonable, y con un nivel aceptable de riesgo
2. ¿Estamos haciéndolas de la manera correcta?
Suponiendo que las preguntas en el primer punto se responden satisfactoriamente, el análisis en esta categoría de “estamos” evalúa si la inversión:
- está en línea con nuestra arquitectura
- es consistente con los principios de la arquitectura
- contribuye a la población de nuestra arquitectura
- está en línea con otras iniciativas
El anterior enunciado buscaba determinar si la manera como hacemos las cosas es la adecuada para hacerla. Suponiendo que sí, ahora debemos identificar si efectivamente las estamos haciendo correctamente, en cuanto al desempeño en la ejecución. Se debería validar que tenemos:
- Administración efectiva y disciplinada
- Procesos de entrega del servicio y administración del cambio
- Recursos del negocio y técnico competente y disponible para entregar
- Las capacidades requeridas
- Los cambios requeridos en la organización para apalancar las capacidades
4. ¿Estamos obteniendo los beneficios?
Por último, pero no menos importante, es responder si estamos obteniendo los beneficios que en ultimas nos generarán valor, al implementar las tecnologías. Hay que identificar si tenemos:
- Un claro y compartido entendimiento de los beneficios esperados
- Una clara determinación para realizar los beneficios
- Métricas relevantes
- Un proceso efectivo de realización de beneficios sobre el ciclo de vida de la inversión
La principal razón para los fallos en los proyectos ha sido la falta de un desarrollo estructurado, siguiendo unos marcos de referencia claramente estipulados.Ya está generalmente aceptado el COBIT como marco de referencia para el control y medición de desempeño de los procesos del área de TIC, y ValIT como modelo para habilitar la creación de valor a partir de las inversiones en TIC. COBIT se encarga de las preguntas 2 y 3 arriba y ValIT cubre las otras dos.
El uso de estos dos marcos de referencia permitirá a las empresas responder las cuatro preguntas fundamentales en el Gobierno de Tecnología para crear valor en las organizaciones a partir de la tecnología informática. Aunque a partir de la versión 5 de CobiT se incorporo dentro de uno de sus procesos la generación de valor, consideramos pertinente seguir utilizando ValIT aprovechando su desarrollo en este aspecto.