No se discute que tener acceso a tecnologías de información es lo que diferencia a las empresas más productivas de las menos productivas, sin embargo no por tener a disposición esta tecnología, se está libre de dificultades y problemas.
Cuando iniciamos nuestros talleres de Planeación Estratégica de Tecnología Informática, en la sesión de presentación de los asistentes solicitamos nos indiquen cuál es el mayor problema que están enfrentando y tratamos durante el taller de proveer herramientas que les permitan resolver estas dificultades.
Curiosamente indistinto del país o la ciudad de América Latina que dictemos el taller, los problemas y requerimientos más apremiantes tienen un hilo conductor. Queremos compartir con ustedes lo que recogemos en los talleres, junto con las conclusiones a las que llegamos.
Alineación de TI con el negocio
Es la que está a flor de labio. La mayoría, por no decir todos, manifiestan esta como una necesidad apremiante. Y no es extraño, las estadísticas de varios estudios señalan esta alineación como uno de los objetivos en la lista de los top 10 durante los últimos cinco años. Surge sin embargo la necesidad de poder identificar exactamente qué es esta alineación que se pretende.
Existen varias herramientas diagnósticas para estructurar esta alineación, que en términos prácticos implica que las tecnologías de información y comunicaciones que estén en pié apalanquen los resultados de la organización, y permitan el logro de sus objetivos, no que solo sean reflejo de hechos históricos.
Esta alineación también se manifiesta en requerimientos como la necesidad de crecer al mismo ritmo que la compañía y/o apalancar este crecimiento. Hoy es claro que los procesos transaccionales deben trabajarse sobre sistemas de información para poder ser óptimos en cuanto a costo de los mismos.
El dinero para TI es una inversión y no un gasto
Cada vez hay más exigencias sobre el departamento de TI para hacer más con menos. Se exigen mayores resultados y mejores soportes al negocio, pero los recursos se tildan de “exagerados” por lo que se exige una reducción en los mismos.
Lo primero que se debe hacer es generar una conciencia que la tecnología en pié en la compañía no es para el departamento de TI sino para el soporte del negocio. Se sugieren dos actividades que permiten crear esta conciencia.
La primera es distribuir todo el presupuesto de TI que se aplica para soportar las actividades actuales, es decir el gasto operativo de TI entre los usuarios. No existe un único factor para distribución y es probable que en este punto haya varias opiniones. Lo que importa es escoger los factores y mantenerlos durante todo el proceso.
La otra actividad es que los recursos para los nuevos proyectos deben venir del área del negocio que se beneficiará del mismo. Es más, cada proyecto que se solicite a la empresa, que requiera recursos de TI para su ejecución, deberá contar primero con el presupuesto asignado y el proyecto aprobado, antes de emprender actividades de desarrollo.
Adoptar los constantes cambios en tecnología
A veces quisiera uno detener este desarrollo siquiera unos seis meses para tomar un respiro, pero no deja de ser más que un buen deseo. Las tecnologías seguirán apareciendo y la aplicación de las mismas se hará cada vez más necesarias en todos los negocios.
La mejor manera poder prepararse para adoptar estos cambios, en caso que los requiera la compañía, es trabajar en la estructuración de una arquitectura tecnológica basada en estándares. De esta manera cualquier desarrollo tecnológico que surja, si está sujeto a estándares, podrá ser acoplado a las soluciones actuales. Un ejemplo claro es el uso de TCP/IP como estándar de conexión. Cualquier dispositivo que use una dirección IP para conectarse podrá hacerlo sin tropiezo alguno.
No conocemos mejor manera para resolver esta problemática que construyendo o revisando sus planes estratégicos de tecnología que deben estar conformados precisamente para responder estas preguntas. Permitirá iniciar la conciencia sobre el verdadero papel del área de TI en el negocio, y asignar la responsabilidad para la obtención del beneficio de la tecnología aplicada en los departamentos adecuados.
Plan Estratégico de Tecnología e Informacion
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