Las estructuras organizacionales en los Estados Unidos utilizan la figura de «Chief X Officer» que podríamos traducir en «Oficial en Jefe de X», y así denotan al Gerente o director ejecutivo como CEO como Jefe Ejecutivo y al Jefe Financiero como CFO. El CIO entonces es el Jefe de Información, un cargo que en nuestro medio conocemos como Jefe de Sistemas o Gerente de Tecnología.
Los principios de la tecnología informática incorporaron este departamento a depender del área contable, por razones lógicas: era la contabilidad lo que primero se automatizaba, donde la justificación era muy sencilla. Se reducía el costo de personal y se ganaba mucho en la oportunidad de la información.
Luego «ascendió» a reportar directamente a la Gerencia Financiera, por ninguna razón adicional a que la inversión en tecnología era un rubro bastante importante dentro del estado de resultados de la compañía. En las empresas donde se contempla el uso de la tecnología informática como un recurso estratégico, ya se ve el director del área de tecnología reportando directamente a la gerencia general o presidencia de la empresa.
Estos cambios en los requerimientos de la tecnología informática y su línea de responsabilidad, también exigen grandes cambios en las personas que rigen los destinos de la tecnología al interior de las empresas. Para determinar entonces cuál sería el perfil del CIO, es necesario definir primero qué se espera de un CIO, qué implicaciones tienen las nuevas tecnologías de información, de comunicaciones, y tendencias económicas como la globalización y el TLC en la definición de las funciones de este cargo.
A un Gerente de TI en general se le mide por tres conceptos básicos:
- Orientación de la tecnología para habilitar negocios y las estrategias del negocio para obtener y/o mantener una ventaja competitiva con estándares globales (eficacia)
- Administración exhaustiva de los recursos (tecnologías, programas, equipos, tiempo, y el más importante: recurso humano) para obtener el mayor rendimiento de los mismos (eficiencia)
- Excelente manejo administrativo, dentro de la gestión de calidad, orientado al manejo por proyectos para la obtención de resultados esperados
Las funciones básicas de un gerente de TI son entonces las de orientar su grupo de recursos (personas, equipos, telecomunicaciones, etc.) para el mantenimiento, desarrollo, implementación de proyectos que permitan obtener/mantener una ventaja competitiva. La priorización de los proyectos se establece contra los objetivos estratégicos del negocio, y orientados directamente a los procesos definidos.
Para cumplir con estas funciones, se requieren en mayor o menor grado, las siguientes habilidades:
- Comunicación Efectiva
- Entendimiento de los negocios y del impacto en los negocios de las decisiones de tecnología.
- Planeación Estratégica, táctica y operativa.
- Conocimiento de opciones tecnológicas
- Negociación (con proveedores, con pares, y con subalternos)
- Reconocimiento y respeto de sus colegas y subalternos
- Habilidades técnicas
- Liderazgo
- Administración de Proyectos
- Gestión (fijación de objetivos, seguimiento, evaluación)
Buena parte de la labor de un Gerente de TI es la interpretación de las tecnologías emergentes y su aplicación, y su traducción a beneficios del negocio para ser «vendidas» las ideas a nivel corporativo, y coadyuvar en la implementación de las mismas. Las habilidades descritas arriba son necesarias para el cumplimento de la labor.
Se exige un alto nivel de actualización en las tendencias tecnológicas, para absorber, asimilar y adoptar la avalancha de desarrollos de tecnología a la que estamos abocados en forma permanente.
El mercado cambió, por lo que también cambiaron las funciones de los Gerentes de Tecnología. La obligación de abordar temas distintos a la tecnología en sí, exigen que el grupo de colaboradores bajo el CIO también modifique su perfil, y se concentre en algunas tecnologías. El Ingeniero «todero» tiende a desaparecer, no porque no pueda abordar todos los temas, sino porque se requieren cada vez mayores niveles de profundización para una exitosa aplicación de las tecnologías.
Lo que si debe quedar claro en esta época, es que ningún gerente de tecnología podrá indicar en la empresa que los cambios estratégicos que se pretenden dar «no se pueden, porque el sistema no lo permite«. Hay que tener en pie la tecnología informática que permita hacer lo que se requiere en el negocio para mantenerse competitivos.
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