No debería ser otro el objetivo de su negocio, y tampoco el de su presencia en Internet. En últimas un negocio que no vende no tiene remedio, pero uno que vende suficiente y hasta demasiado, da pie para que se puedan hacer proyectos de mejoramiento de productividad, optimización de recursos y demás métodos administrativos que venimos aprendiendo desde los años ochenta con la calidad total.
El día a día, las crisis, o simplemente miopía, hace que cambiemos el rumbo, que nos enfoquemos en cosas menores y que perdamos el objetivo mayor: lograr mas y mejores ventas para el negocio.
No es extraño entonces encontrarnos con empresarios de todo tamaño y tipo de empresa, inconformes, y hasta molestos porque “los tumbaron” con el desarrollo de un portal, les cobraron “demasiado” por algo que debía valer menos, o simplemente no están viendo ningún resultado de un dinero invertido en estrategias digitales, llámese portal en internet, comunicación vía boletines, y hasta participación en redes sociales.
Es claro, como hemos venido indicando desde hace muchos años, que es indispensable iniciar por los objetivos a lograr, y a partir de ahí, estructurar las estrategias, o caminos, para lograr el cumplimiento de estos objetivos. Sin embargo, como gerentes, como líderes naturales de los procesos estratégicos, cuando viene al tema de estrategia en Internet, fallamos en la asignación de ese norte, de acomodar la brújula precisamente para que cuando se empiecen a dar los resultados, cualesquiera que sean, se puedan comparar con los objetivos buscados y tomar decisiones con respecto al rumbo a tomar.
Y solo con el aporte a los objetivos, podemos determinar si las decisiones tomadas en cuanto a tecnología y estrategia son adecuadas. Hacer un sitio Web con tecnologías poco comunes puede estar mal visto por algunos y alabado por otros, sin embargo esto se torna irrelevante ante unos resultados que permitan lograr unos objetivos. Tener contenido más frecuente, o un sitio con poca actualización, muchos o pocos seguidores en Facebook, X o Instagram, solo se pueden definir con base en ese objetivo estructurado desde el inicio, en el establecimiento de la estrategia Web.
Tenemos ejemplos claros de movimientos políticos que generan un alto volumen de seguimiento, convencen a muchas personas para que se involucren en los grupos y en las redes virtuales, pero a la hora de la verdad, en las urnas, no se ven los resultados finales. De que sirven tantos seguidores si en el “momento de la verdad” de obtener el resultado esperado, en las urnas brillan por su ausencia.
Ejemplos del mundo comercial tampoco faltan. Portales con tiendas virtuales en las cuales hay algunos productos pero no hay como comprarlos o pagar por ellos. En otras, los productos no tienen especificaciones, o están desactualizados. Otros portales a los cuales uno llega y se encuentra requiriendo un “manual de navegación” para identificar exactamente qué se puede hacer ahí, o como puedo hacer lo que creo que se puede hacer.
No nos digamos mentiras, ya sabemos cómo se deben llevar a cabo proyectos exitosos en la Web, para aportar al objetivo de la compañía, que no sebe ser otro, o por lo menos no antes de cumplir, el de vender mas y mejor.
Cuando ya esté vendiendo suficiente, cuando el portal le duplique sus puntos de venta, ahí si enfrásquese en decisiones de colores, tipos y tamaños de letra, intros en video o en movimiento, pajaritos volando en reversa, y cualquier cantidad de funciones que pretendemos agregar a un portal, por la facilidad de la tecnología misma, pero que distraen de los objetivos principales de la estrategia. Ya no hay excusas para hacerlo bien hecho!